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miércoles, 12 de septiembre de 2012

LOS ISRS y LA PAROXETINA. 1/2


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Un lector me pidió que hablara sobre la paroxetina, un antidepesivo. Y primero creí dar una aproximación a lo que hace este tipo de antidepresivos.

La Paroxetina salió al mercado en 1992 lanzado por la compañía Glaxo.

La paroxetina es quizás el más potente antidepresivo de los denominados inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS).

La serotonina es un neurotransmisor que se halla íntimamente relacionado con los cuadros depresivos, el estrés, la ansiedad, el trastorno obsesivo compulsivo, ciertos tipos de impulsividad, las fobias, el pánico social, etc.

Se explica que su “disminución” produce dichos cuadros. El proceso por el cual se explica comporta un mecanismo de retroalimentación positiva el cual parece ser debido a un error en el entendimiento de los mecanismos de feedback por parte del cerebro.

Un neurotransmisor es una molécula proteica que se sintetiza en las neuronas y sirve para que se comuniquen tanto cualitativa como cuantitativamente entre ellas, de manera que cumplan sus funciones. Dichas funciones son muy variadas y complejas, pueden ser de tipo endocrino, de activación muscular, de control del ciclo circardiano (sueño vigilia), de alegría o pena, rabia o satisfacción, etc. etc. Sin neurotransmisores el cerebro es inservible.

La serotonina se vierte al espacio intersináptico (ver foto adjunta) como respuesta a un estímulo neuronal que ha de recorrer un circuito para activar a otras neuronas las cuales de manera directa o indirecta controlan la sensación de “tranquilidad” (estado de ánimo bueno –eutimia-, no ansiedad, no pánico, no pensamientos rumiativos, no pensamientos catastrofistas, etc).
Dicha serotonina vertida es captada por otra neurona la cual activa y modula la conducción nerviosa del estímulo que se pretende.

La neurona vertedora (presináptica) de serotonina también tiene receptores serotoninérgicos que también recogen la serotonina del espacio intersináptico. Dichos receptores inhiben la liberación de más serotonina, modulando así el proceso.

Pues bien, parece ser que en las patologías mentales que referimos, por alguna razón la neurona que recibe la serotonina (postsinápstica) entiende que no recibe suficiente. Lo lógico sería que de alguna manera se lo comunicara a la neurona que se la suministra, de manera que hubiera más cantidad, pero no, no hace esto. Lo que hace es crear más receptores para absorber cuanta más serotonina mejor del espacio intersináptico. El problema reside en que a más receptores menos intensidad de estímulo global por cada unidad receptora. Y si a ello se le añade que la cantidad de serotonina que se expulsa no aumenta, el resultado es el contrario del pretendido.

Es decir, si para activar el impulso de la neurona receptora necesitamos la ocupación del 80% de los receptores, si tenemos 10 receptores, con 8 de ocupados es suficiente pero si en lugar de 10 tenemos 20 (por un aumento de la demanda) y se siguen ocupando 8, el resultado será que no se desencadenará el impulso. En ello parece ser que hay un error en nuestro cerebro (cosa que yo no tengo muy clara y no me acaba de convencer).

Comprendido esto podemos deducir que la depresión se produce por un error en el entendimiento entre neuronas (aunque yo tengo mis dudas).

Ahora ya estamos en disposición de entender lo que es un inhibidor de la recaptación de serotonina. Dicha molécula habrá de imposibilitar que la serotonina se recapte por la neurona emisora de manera que aumente la cantidad de serotonina en el espacio intersináptico (al no parar su producción) y ocupe el exceso de receptores de la neurona receptora.

El resultado de ello es el inverso a lo contrario (su defecto) e implica que la neurona receptora reduzca su número de receptores, siendo más posible y eficaz la transmisión del impulso interneuronal.


Ello restablece el mecanismo de interconexión y con ello desaparece la patología.

Dependerá de factores externos e internos que el tratamiento sea efectivo a largo plazo. Es decir el uso del antidepresivo (ISRS) revierte en la mayoría de los casos la patología tratada pero en una parte de ellos el fin del tratamiento implica una recaída a corto o medio plazo. Es decir, hay casos que se resuelven y hay casos que no. En los casos que no se resuelve definitivamente el problema, si la causa del mismo no se objetiva externamente, cabe concluir que el desajuste neuronal es de causa orgánica y a ello lo llamamos endógeno (sin más).

Por decirlo de otra manera, hay procesos en los que se objetiva una causa externa o desencadenante: muerte de alguien querido, estrés laboral, shock emocional, estrés físico, una enfermedad, etc. Pero hay patologías depresivas o ansiosas en las que se objetivan causas o desencadenantes externos. En ello hemos de ver un fallo orgánico a nivel neuronal.

Sea como sea el mecanismo parece ser el mismo.

Resumiendo: un antidepresivo ISRS lo que hace es arreglar o subsanar un error de conexión interneuronal.


Una vez explicado un poco qué es un antidepresivo ISRS paso a hablar en la siguiente entrada de la Paroxetina.

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