SALUT MENTAL

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miércoles, 7 de noviembre de 2012

PERSONALIDAD OBSESIVA 1/2

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Este es otro grupo de personalidades que se encuentran por doquier en términos de inter-normalidad y anormalidad.

Más frecuente en las mujeres según mi experiencia pero ello no quita de que en el sexo masculino también la encontremos. Con todo hay diferencias entre ambos sexos en cuanto a sus manifestaciones, que no sus motivos.

El rasgo nuclear de este trastorno es el miedo a hacer las cosas mal. En este sentido es una de las personalidades más fáciles de detectar.

Se le llama obsesivo por qué su conducta siempre va dirigida hacia el objetivo de que no pueda ser criticada por los demás en el quehacer de su día a día. Dicho deseo se convierte en obsesión vital y dicha obsesión implica que la persona se desnaturalice como ser pluridimensional.

Me explico. A las personas en general les mueven diferentes objetivos en función de la tarea o momento vital que se les presenta. Lo normal es que los objetivos sean variados y no se encuentren mediatizados por una sola regla interna. Dicha regla imposibilita otro nivel de satisfacción que el comentado: no hacerlo mal.

Veamos cuál es la clínica (manera de manifestar la personalidad) de una persona obsesiva.

CLÍNCA
Para entender cómo son estas personalidades definiremos primero lo que se considera su vertiente patológica: el trastorno obsesivo-compulsivo de la perosnalidad.

El DSM-IV brinda las siguientes características (algunas o todas) para definir este tipo de personalidad:

“Un patrón general de preocupación por el orden, el perfeccionismo y el control mental e interpersonal, a expensas de la flexibilidad, la espontaneidad y la eficiencia que empieza al principio de la edad adulta y se da en diversos contextos como indican 4 o más se los siguientes ítems.

(1) preocupación por los detalles, las normas, las listas, el orden, la organización o los horarios, hasta el punto de perder de vista el objeto principal de la actividad.

(2) perfeccionismo que interfiere con la finalización de las tareas (p. ej., es incapaz de acabar un proyecto porque no cumple sus propias exigencias, que son demasiado estrictas).

(3) dedicación excesiva al trabajo y a la productividad con exclusión de las actividades de ocio y las amistades (no atribuible a necesidades económicas evidentes).

(4) excesiva terquedad, escrupulosidad e inflexibilidad en temas de moral, ética o valores (no atribuible a la identificación con la cultura o la religión).

(5) incapacidad para tirar los objetos gastados o inútiles, incluso cuando no tienen un valor sentimental.

(6) es reacio a delegar tareas o trabajo en otros, a no ser que éstos se sometan exactamente a su manera de hacer las cosas.

(7) adopta un estilo avaro en los gastos para él y para los demás; el dinero se considera algo que hay que acumular con vistas a catástrofes futuras.

(8) muestra rigidez y obstinación”

Recordemos que una personalidad patológica lo es siempre y cuando su manera de ser le conlleve problemas individuales, familiares, sociales, formativo-laborales o legales.

Ello lo comento porqué las personalidades obsesivas tienen algún o algunos rasgos de los descritos pero en general no tienen problemas incapacitantes a los niveles de relación descritos en el anterior párrafo.

Una vez visto y dicho lo anterior, pasemos a describir lo que los ojos de un observador cualquiera podría decirnos de dichas personalidades:

1.- Les horroriza salirse de su propio concepto de orden y limpieza. Y digo su “propio concepto” porqué tiene peculiaridades personales. Por ejemplo: hacer la cama de una determinada manera, ordenar objetos en una determinada secuencia, guardar la ropa plegada o en colores, o según cualquier otra secuencia que a él o ella le parecen bien. Si algo se sale de su configuración mental de su orden y su grado de limpieza, han de arreglarlo pues se sienten mal por dentro. Ello ocurre en detalles tan nimios como puede ser la longitud del papel de wáter que ha de sobresalir del rollo.

El propio orden espacial se convierte en un remanso de calma para la persona.

A veces exponen su lógica para sus pautas de orden y limpieza. Lógica que es lógica (valga la redundancia) pero que destaca por ser la única válida (en el sentido de provocarle paz) para ell@s.

La sensación de paz que buscan es de hecho el evitar el desasosiego que les produce la pérdida o rotura de su orden. Es decir, más que una sensación positiva es un evitar la sensación negativa.

La ruptura de su equilibrio externo íntimo (casa, despacho, coche, etc.) se deduce por el pánico a perder su seguridad y ello se deriva del pánico a que se les diga que lo han hecho o lo hacen mal.

2.- Inseguridad personal ante las personas que pueden juzgarle por su superioridad. Esta característica puede percibirse de entrada como timidez y tiene que ver con ella (ver: http://projecteoriol.blogspot.com.es/2012/10/la-timidez-personalidad-evitativa-13.html) ya que la persona obsesiva al temer que le digan que lo hace mal (no vale, no está a la altura) suele inhibirse ante el otro pero si nos fijamos un poco más, veremos que el tímido teme que los otros no le valoren, mientras que el obsesivo teme que los otros le digan que lo hace mal; aunque no lo parezca, la diferencia es clave ya que el obsesivo sabe que vale (aunque pocas veces acepte cumplidos).

El obsesivo es un empleado perfecto siempre y cuando siga considerando a su jefe superior y no se le pida que tome decisiones urgentes.

3.- Desprecio a los que considera inferiores (que lo hacen siempre mal o no suficientemente bien). Aquí hay uno de los síntomas o rasgos que mejor los definen. Y ello no significa que vayan agrediendo a nadie, solo lo harán con los que tengan más confianza; con los demás harán el paripé.

Pero con los subordinados, con las parejas más débiles, familiares o hasta con amigos más débiles pueden ser unos verdader@s déspotas.

Son de los peores jefes que existen. El error de los demás les indigna mucho y vierten en ellos la rabia que sintieron ell@s al ir forjando su personalidad. Al no ser tolerantes con sus propios errores lo son aun menos con los de los demás. Pero no lo mostrarán con cualquiera, solo lo harán ante quienes saben que se someterán. Y si pueden lo harán en privado para que nadie pueda decirles que “se han pasado” o que “han hecho mal”. Su desprecio suele ser la ignorancia o el ninguneo del otro pero también pueden ser de una mordacidad verbal muy hiriente.

No son malos porque sí, son malos porque fueron malos con ell@s y les enseñaron que el error es lo que vale.

Seguimos con más características en la próxima entrada: http://projecteoriol.blogspot.com.es/2012/11/personalidad-obsesiva-24.html

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